La cocina de Ti Trin Ned es original, sensible, sostenible, y nace a partir de ingredientes humildes que son siempre fuente de inspiración para su chef, Rainer Gassner. Así, las hierbas del bosque, de la cercana playa y de los propios campos del restaurante en Himmerigskov (Dinamarca) se combinan con ingredientes de pequeños productores locales, “dando forma a una agenda gastronómica que nos invita a explorar y perfeccionar los interminables pasos hacia la experiencia culinaria perfecta”, según sus responsables. “A esto, le agregamos un toque personal y único inspirado en nuestra historia y pasión”.

Con esta fórmula, Ti Trin Ned, que comenzó su andadura en 2001 en un pequeño sótano, hoy se ha convertido en un elegante restaurante reconocido en todo el mundo, y galardonado con una estrella Michelin. No obstante, como cualquier carrera de éxito, la de este establecimiento, que se sitúa siempre en la cima del exigente panorama culinario danés, también ha sufrido sus reveses.

Para la construcción de sus nuevas y más recientes instalaciones en el paseo marítimo de Fredericia, con una hermosa vista hacia Lillebaelt, los profesionales de Billund/Hansen Arkitekter optaron por dejar que la atmósfera del puerto junto al restaurante y la tosca naturaleza de la zona definieran los materiales del edificio: acero corten y madera natural, acompañados de las características ventanas negras típicas del lugar. En la entrada, se eligió colocar una fachada de acero como fondo para el logotipo del restaurante y la plaqueta de Michelin.

Sin embargo, después de solo un año, la atmósfera salada del paseo marítimo había oxidado y desgastado la pared, otorgando un aspecto descuidado al espacio. Pero, dada la dureza y la extraordinaria durabilidad del acero, ¿qué otro material podría resultar igual de robusto, y a la vez, ser infalible a las rigurosas condiciones climáticas del entorno?

El dueño y chef de Ti Trin Ned, Rainer Gassner, lo tuvo claro: solo la piedra ultracompacta de Cosentino, Dekton, podría cumplir ese cometido con éxito. Tras haber comprobado su rendimiento en la encimera del propio restaurante, en su frontal y en los revestimientos de paredes de la cocina de servicio, los responsables del establecimiento conocían las propiedades únicas de este material que resiste la abrasión, el fuego, los arañazos, los impactos, las manchas, el líquido, las temperaturas extremas, los rayos UV…