Nos presentamos en Satellite 2010 con tres productos: el balancín Ulah, el columpio Leaf y la lámpara Clover. Expormim se interesó por nuestro balancín y, a partir de ahí, nos propusieron un proyecto que no nos podíamos imaginar que tendría el éxito que luego ha tenido, la reedición de una de sus piezas clásicas, el columpio Náutica. La revista británica Wallpaper* nos incluyó en un reportaje sobre la nueva ola del diseño español y un poco nos situaron como las jóvenes promesas españolas.

Eduardo: Alberto ha dibujado desde que es capaz de recordar. El diseño es un don natural para él y esto le llevo a estudiar Diseño Industrial en el Politécnico de Valencia. Enseguida tuvo muy claro que antes que trabajar para otros, quería fundar su propio estudio y hacer el diseño que quería hacer.

Alberto: Eduardo, por su parte, procede de un ámbito totalmente distinto, más enfocado a lo comercial, las relaciones públicas y la comunicación. Pero siempre se ha sentido atraído por el diseño y tiene una parte crafty que resulta muy útil durante el proceso creativo.

Eduardo: Valencia es una ciudad pequeña, ya nos conocíamos antes. Y un día cualquiera surgió la idea de trabajar juntos. Alberto, como diseñador, se encargaría de toda la parte creativa y yo, con un perfil más de relaciones públicas, de la gestión, comunicación, dirección de arte, etc. Nos buscamos un bajo en el barrio del Carmen y con poco más nos pusimos a ello.

Buscamos conmover, divertir, involucrar al usuario. Queremos que nuestros objetos transmitan algo, que evoquen un recuerdo, cualquier cosa que cause una reacción en el espectador. Nuestros objetos son pura geometría y nos obsesionan las curvas, se inspiran mucho en el mundo natural, en situaciones de la vida cotidiana, en experiencias personales. Son un poco el relato de nuestra historia en cada momento y pensamos que, por su sencillez, son muy cercanos y muy fáciles de comprender y también suelen tener un componente lúdico. Siempre hay una invitación implícita a jugar con ellos y extraerles todo el jugo. Todos comparten rasgos como la simplicidad, las formas geométricas, el uso de materiales nobles y por supuesto, la funcionalidad.

Queremos que nuestros productos sean tan respetuosos con el medio ambiente como sea posible. Así que casi siempre trabajamos con materiales que se caracterizan por ser sostenibles. Pero, además, colaboramos con empresas que también se esfuerzan por reducir su impacto y su huella de carbono, lo cual facilita mucho nuestra labor. La sostenibilidad es algo que afecta a todos. Gracias a que diseñadores y fabricantes trabajamos juntos, somos capaces contribuir a una economía más circular y a la conservación del planeta.

Siempre abordamos los proyectos de la misma forma. Solemos arrancar con un estudio de mercado para tratar de detectar carencias y tendencias, pero tampoco nos volvemos locos con esta parte porque huimos bastante de las modas. Hacemos una lluvia de ideas, seleccionamos entre todo el equipo las más interesantes o acertadas y empezamos a esbozar y a ir desarrollando el proyecto, siempre muy en contacto con el cliente también. Al final, diseñar algo, sea un objeto pequeño o un gran espacio, nos lleva por los mismos derroteros y el proceso es muy similar. Cambiarán los tiempos, variará el volumen de trabajo, pero en líneas generales, el sistema de trabajo es idéntico.

El hecho de haber tenido que pasar varios meses metidos en casa, nos ha hecho repensar la manera en cómo queremos que sea para reenamorarnos de ella y en caso de que se repitiera una situación como la que nos ha tocado vivir, que podamos sentirnos plenamente a gusto ahí. Ahora tratamos de hacer que sea incluso un punto más habitable. El teletrabajo también nos ha hecho conscientes de la importancia de consagrar una parte de nuestro hogar al espacio de trabajo. Sí que se han producido cambios que pensamos que permanecerán.

Todos son especiales para nosotros, a todos les tenemos mucho cariño. Pero es cierto que hay dos que solemos destacar por su significación y, especialmente, por la proyección que han tenido y que siguen teniendo. Uno es el columpio Náutica, que creamos para Expormim y con el que obtuvimos un Red Dot Award (el primero para ellos y para nosotros, que acabábamos de empezar en esto). Náutica se ha convertido en un diseño icónico para la firma y todo el mundo lo identifica enseguida como uno de nuestros proyectos. Además, hoy se exhibe la exposición permanente del Museo del Diseño de Barcelona. Y luego están los paneles acústicos Beetle, que realizamos para otra firma española Sancal, y que nos encantan porque se trata de un producto innovador, original y que, además, forma parte de la colección permanente del Centro Nacional de Artes Visuales de París.

Quizá haya sido el 'Das Haus' de 2020 para imm Cologne por la importancia del evento y por las dimensiones del proyecto. Nunca nos habíamos enfrentado a algo tan grande y la verdad que imponía y desde luego aprendimos mucho porque requirió de mucha organización, gestión (del trabajo y de la presión), control de los tiempos... Al ser un proyecto holístico, en el cada pequeño detalle era responsabilidad nuestra, tuvimos que esforzarnos mucho para conseguir que fuera tal y como imaginamos en un principio y al nivel que, por supuesto, se esperaba de nosotros. Y estamos convencidos de que superamos la prueba con creces. Quedamos más que satisfechos con el resultado y obtuvimos un feedback muy positivo por parte de medios, profesionales, la propia feria, etc.

Por ejemplo, un hotel o algún espacio comercial.

En las colecciones que esperamos poder presentar en el próximo Salón de Milán, covid mediante. También estamos colaborando por primera vez con una empresa de Singapur y, aparte, estamos trabajando en un proyecto nuestro, totalmente personal, que esperamos lanzar en un par de años.