La vivienda rehúsa adoptar una configuración prefijada y se organiza en cuatro estancias visual y espacialmente articuladas por grandes aperturas centrales

Este proyecto de renovación de un apartamento de 65 m2 de los años setenta de la ciudad de Madrid se opone a la rápida especulación inmobiliaria sufrida en la ciudad en la última década, planteando un sistema flexible que evade cualquier condicionante prefijado y convencional. Un nuevo sistema espacial indiferente e independiente de su contexto que anula cualquier relación al perímetro, al programa y a la orientación del espacio.

Los materiales empleados son simples y directos, y se aprovechan de sus propias características para generar distintas sensaciones en el espacio. Los paramentos de blanco inmaculado y el linóleo rojizo de gran formato contribuyen a realzar el carácter genérico de las salas, únicamente alterado por los muebles de la cocina en acero inoxidable y la chimenea que ocupa una de las esquinas achaflanadas de la vivienda.