Una cocina mediterránea que busca el espacio

“Somos Mediterráneos, nos gusta la luz, disfrutar de las terrazas, de los espacios abiertos, los amigos y la familia, y esa fue la premisa a la hora de concebir esta cocina, Brava Kitchen, en Casa Decor 2010”, cuenta la interiorista Sara Folch sobre este proyecto. El encargo llegó de unos clientes que ya habían trabajado con Sara y que están al frente de la marca de cocinas TPC. Querían que ella se encargara de su cocina más top, con todas las necesidades que una cocina tiene, sin renunciar ni al estilo ni a la elegancia.

Colores cálidos y verduras de temporada

“La idea que se me ocurrió fue hacer una cocina al exterior, muy mediterránea. El espacio tiene unos 100 metros cuadrados y se resuelve en todo un porche. En el momento del montaje era otoño, por lo que la cocina estaba preparada para esos meses más fríos”.

Se optó por colores cálidos, arenas, verdes oliva, berenjena, representando las verduras del otoño, que se convirtieron en las pinceladas de color que se le dio al espacio. “También diseñamos todo el panelado de los muebles, las texturas y la distribución. Todos los electrodomésticos estaban escondidos, que es como a mí me gusta, y se abrían con un motor que deslizaba las puertas”.

Silestone: superficies con textura

La idea era hacer un huerto en la zona central para poder cocinar, y todo dependía de la gran isla. “Medía 6 metros por 1,6, y estaba dividida en dos zonas, la de cocción y la de aguas, a la que hay que añadirle la zona de mesa”. Sara eligió Silestone en color Cygnus15.

“Escogí Silestone porque era mate, texturizado, y nos gustaba romper lo que se había hecho hasta ese momento, que casi siempre era en brillo. Además, es resistente y se puede limpiar bien. Tiene una gama de colores maravillosa que se adapta a nuestros proyectos, y los diferentes espesores con los que cuenta nos permite ponerlo en paredes o en encimeras”.

Se recubrieron los bancos para sentarse en el mismo color, por las mismas razones de dureza y resistencia, reflejando a la perfección el estilo que se pretendía mostrar a los visitantes.

El toque glamouroso lo ponía un columpio frente al fuego para jugar mientras se veía la cocina, acabados en terciopelo y con los colores del resto del proyecto.