Bolívar
gr-os
Barcelona, España
La vivienda está ubicada en Vallcarca, un barrio obrero de los años 70 afectado por el abandono de edificios y la falta de planificación urbanística
El monolítico bloque gris de ruda apariencia industrial se suaviza gracias a la proporción entre sólido y vacío, esto último materializado a través de tres aberturas que establecen la relación interior-exterior. En el alzado principal, el zócalo de hormigón actúa como pilar que carga con un dintel de acero, replicando la estética del edificio en riesgo de demolición de enfrente. La vivienda comparte una angosta parcela con un edificio plurifamiliar con el que se conecta a través de un patio acristalado y plagado de plantas tropicales.
El programa desliga las zonas públicas (en planta baja) de los tres dormitorios y la sala de estar, colocados en segunda y tercera planta. Un muro de bloque de hormigón a doble altura, donde se encuentra el garaje, aleja los dos primeros niveles de la densidad de la ciudad. El objetivo no ha sido captar la mayor cantidad de luz posible, sino acentuar, en homenaje al ensayo de Junichiro Tanizaki, el valor de la sombra; los suelos de nogal, el contrachapado o el hormigón in situ amplifican esta experiencia sensorial.