El proyecto, ganador de varios premios, es el primero de su tipología en Escandinavia, y consiste en una torre-mirador con forma hiperbólica que pretende acercar a los visitantes a la naturaleza y ofrecer una nueva perspectiva del bosque boreal escandinavo y de su aspecto continuamente cambiante, una visión por encima de las copas de los árboles de éste. El hecho de ser un proyecto único es su punto fuerte, y tiene el potencial de reforzar el turismo en la zona. 

La idea del proyecto y su tipo de estructura surgió de la voluntad de “hacer el bosque accesible a todo el mundo”, una zona única y con una gran variedad de fauna y flora a la que no se quiere invadir y obstaculizar. El proyecto se divide en dos actuaciones diferentes, una serie de caminos a través del bosque, y la torre de observación en la que culminan. La estructura de la torre se realiza con acero degradado y roble de origen local, este último se emplea en el solado de la rampa en espiral que asciende entre las copas de los árboles, para terminar a 45 metros de altura con vistas al horizonte de 360º, pudiendo llegar a ver Copenhague o Malmo, entre otros. Se trata de una experiencia única de inmersión en la naturaleza, que no es posible encontrar en el resto de Escandinavia. 

“La naturaleza aporta la verdadera experiencia. Nosotros sólo la hemos hecho más accesible y hemos ofrecido una serie de perspectivas nuevas y alternativas”