El proyecto consiste en la remodelación completa de una antigua casa de pueblo, de planta alargada y crujía estrecha, en Extremadura. Se conservan las fachadas existentes de textura rugosa y las medianeras. El programa está dividido en cuatro espacios de idéntico tamaño que se elevan alrededor de un patio. Hay una sala de estar, una cocina y dos dormitorios con un baño cada uno. La previa ausencia de ventilación y luz en el área central así como la presencia de un huerto, han determinado la configuración de la misma.
Un árbol de hoja caduca nos garantiza sombra en la estación más calurosa, mientras que en invierno deja entrar el sol para calentar e iluminar las habitaciones. También funciona como filtro visual entre espacios. La planta baja es un plano libre apto para muchos usos, sin calefacción ni aire acondicionado pero con conexión al jardín de la parte trasera.
La obra muestra su materialidad pura y contrasta deliberadamente con texturas irregulares de tierra apisonada y piedra, que han sido encaladas. Se ha buscado una atmósfera donde predomina el color rojo de la cerámica y el verde intenso del abedul, y es la luz a lo largo del día la que baña estos materiales a través de varios matices en paredes y suelos. El material cerámico en sí mismo nos da un color cálido, por lo que las pinturas o los falsos techos eran innecesarios.