Nomo Studio recibió el encargo de diseñar una casa de verano en un clima en el que sus habitantes pasan la mayor parte del tiempo en el exterior. El requerimiento de poder disfrutar tanto del mar como de la montaña es lo que hizo surgir la idea del proyecto, una gran plataforma central de 28m que atraviesa la casa y que se asoma a ambas vistas, esta superficie fue apodada “the catwalk” (el pasadizo), y es la que dio nombre a la casa. La plataforma alberga los principales usos comunes de la casa, así como los espacios exteriores, sin nunca perder la conexión entre sus dos extremos, ya que los cerramientos consisten en grandes cristaleras corredizas, para poder proteger el interior cuando sea necesario del viento o la lluvia, pero que se abren completamente para crear un espacio exterior continuo cuando el clima es favorable. “El pasadizo” funciona como división entre las zonas de día y de noche, que se crean a partir de una retícula de 3x3 metros. Los arquitectos además tuvieron especial cuidado en la elección de los materiales, optando por los de origen local como bloques de hormigón o el yeso blanco.