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Guille García-Hoz

Diseñador e interiorista

“Me gustan los interiores acogedores, cálidos y un poco rurales, que te hagan sentir a gusto y que, por sostenibilidad, envejezcan bien”.

Los interiores de Guille García-Hoz (Madrid, 1976) son el reino del optimismo. En ellos se mezclan con simpatía piezas recicladas, artesanía, hallazgos de contenedor y mercadillo con materiales y objetos con conciencia social y medioambiental. Sus espacios, siempre respetuosos con el entorno, no renuncian a una frescura innata que salpica de elementos con gran sentido del humor, como unos divertidos papeles pintados de diseño propio o toda una familia de simpáticos animales (ciervos, zorros, cerdos o ardillas en forma de lámparas, jarrones o, incluso, colgantes) creados por el propio Guille y por otros artesanos-artistas en colaboración con el Centro Cerámico de Talavera. En sus algo más de diez años de ejercicio profesional, el madrileño arrasa en Instagram, ha hecho televisión, multitud de espacios de Casa Decor, restaurantes, bares, barberías, tiendas, casas y hasta organiza un concurrido mercadillo en Candeleda (Ávila) de piezas hechas a mano. Pura felicidad.

Me di cuenta de que me hacía más feliz el papel pintado que el Big Data

Lo mío eran la estadística y la investigación operativa. De hecho, tras estudiar Matemáticas llegué a trabajar en análisis de datos para una gran compañía, pero me desesperaba y me frustraba estar rodeado todo el tiempo de cosas no tangibles. Decidí dar el cambio, y me matriculé en Diseño de Interiores en el IED, al terminar pasé por la Université de Montreal. Fue algo genial, por fin estaba haciendo lo que realmente me gustaba.

Iba con retraso, pero iba muy deprisa

Al comenzar más mayor que otros compañeros, tenía claro que quería poder plasmar mis ideas cuanto antes y, a pesar de que pasé por varios estudios de interiorismo y que trabajé como escaparatista en Mango y en El Corte Inglés, tardé muy poco tiempo en abrir mi propio estudio.

Dos de mis mayores referentes de inspiración…

Aprendí mucho de mi tío Willy -el arquitecto Guillermo Bañares-. Mis padres hicieron varias reformas con él y en una de ellas me impliqué mucho. Estaba en cuarto de Matemáticas, y tal vez fue el detonante de mi cambio de profesión. Además, llevaba ya unos cuantos años frecuentando Casa Decor. Me encantaba todo lo que hacían Javier Castilla o Mariely Usera, me parecía todo alucinante. Hoy sigue siendo un sitio donde disfruto mucho, me apasiona aprender de todo el mundo, sea más joven o mayor que yo, porque cada uno tiene sus propios referentes, una visión concreta, y eso te ayuda a abrirte, a sorprenderte. Me atrae lo que están haciendo Miriam Alía o Lorna Santos, pero también el trabajo de Héctor Ruiz Velázquez, con esa visión del espacio tan de escuela americana. Es muy interesante cómo juega con las curvas, con los reflejos, con la tridimensionalidad.

JALEO, REINTERPRETANDO LO CLÁSICO

Guille García-Hoz se inspiró en las clásicas molduras de madera de los locales centenarios del barrio de los Austrias, en Madrid, y las actualizó con un intenso color azul y aplicaciones de papel pintado. Para las mesas y la barra apostó por el clásico mármol de los veladores de las brasseries francesas, tan habitual en la hostelería madrileña. De esta forma el interiorista consiguió su habitual punto transgresor manteniendo la esencia de churrería tradicional.

Prefiero el abigarramiento a vivir en un escaparate

Me parecen un drama esos espacios absolutamente minimalistas e impersonales que parecen estar diseñados como para andar dos palmos por encima del suelo. Prefiero antes la típica casa inglesa, un poco rural y llena de color y de papeles pintados, que publicaría un The World of Interiors, que el diseño de la vivienda que Axel Vervoordt hizo para Kim Kardashian y Kanye West. De hecho, muchas veces me parecen más interesantes las casas de los artistas, llenas de cosas, de historias, que las de los propios interioristas. Para mí lo fundamental de un interior es que sea capaz de transmitir algo y que sea hiperacogedor.

La artesanía, la auténtica imprescindible

Los integrantes del movimiento Art & Crafts fueron los primeros en darle importancia a la artesanía, en poner en valor las piezas hechas a mano en un momento en el que la industrialización iba ganando terreno. Supieron entenderla como algo que pertenece a nuestra cultura y con sus telas, papeles y muebles construyeron interiores capaces de cambiar nuestro estado de ánimo, de hacernos sentir acogidos. Me gusta ese toque personal, esas texturas cálidas y, por supuesto, la cerámica, que se ha convertido para mí en un verdadero fetiche, y no solo me refiero a las piezas que diseño o que promuevo en el Centro Cerámico de Talavera, sino a cualquiera que tenga la impronta de la huella humana.

“A través de la decoración vas definiendo tus propios gustos. Son cosas que tienes de forma instintiva, pero de las que no eres consciente”.

Respetar la memoria del lugar buscando la mayor sostenibilidad

Una de mis máximas al comenzar cualquier nuevo proyecto es leer el espacio, ver qué se puede reutilizar para reducir al máximo nuestro impacto y, después, apostar por materiales que ya estuvieran allí, manteniendo su esencia, y que sean respetuosos con el medioambiente. Creo que es clave utilizar productos Carbon Neutral y de cercanía, pinturas y barnices ecológicos y técnicas de arquitectura bioclimática que ayuden ahorrar energía. Es imposible no pensar en eso ahora. También a la hora de elegir la decoración es importante utilizar piezas que no solo ayuden a contaminar menos, sino que, además, empoderen a las personas de las comunidades donde se producen, como por ejemplo las lámparas PET de Álvaro Catalán de Ocón. Es algo positivo y, cada vez más, algo que afortunadamente importa a los clientes.

El diseño de mis casas, un viaje introspectivo

En ellas metes todo tu corazón, te vas entendiendo a ti mismo. A través de la decoración vas definiendo tus propios gustos. Son cosas que tienes de forma instintiva, pero de las que no eres consciente como, por ejemplo, no pegar nunca los muebles a la pared o la simetría. Es una buena forma de encontrar tus patrones, de identificarlos para otros proyectos. La última ha sido mi casa de La Vera, un lugar en el que he puesto mucho cariño y en el que he aplicado esa filosofía de respeto por el entorno. En la cocina, por ejemplo, utilicé elementos de artesanía como una reedición de los azulejos del Centro Cerámico de Talavera con dibujos de Gonzalo Muiño que había usado en el espacio de Samsung en Casa Decor 2020 junto a un material respetuoso con el medioambiente como Silestone, que incorpora en su composición vidrio reciclado, y que me permitía conseguir una encimera muy fina y resistente a las manchas.

“Todo lo que hacemos debería partir de un enfoque sostenible: cambiar solo lo necesario, reutilizar y usar materiales de cercanía y Carbon Neutral”.