El entorno único de la ciudad de Cuenca está ligado a la cultura de esta población arraigada a las montañas. Sus empinadas calles empedradas y sus edificios medievales forman parte de esta localidad en la que uno de sus mayores atractivos turísticos son sus “casas colgadas”, unas viviendas sujetas a la pared de roca calcárea situadas sobre los dos ríos de la ciudad. Esta arquitectura atípica y única da nombre al restaurante Casas Colgadas que, junto con Casa de la Sirena, acaba de ser reformado por el estudio Mariana Artesana.

Ambos restaurantes, del grupo Tranto Restauración, tienen la peculiaridad de compartir una misma cocina. La gran obra de remodelación llevada a cabo en estos locales gastronómicos partía de la intención de dar una continuidad y crear un diálogo entre ambos espacios. “Dentro de la gran obra de remodelación de Casas Colgadas se necesitaba un mobiliario acorde con el entorno”, explica el diseñador Eduardo Rodríguez Parra. Precisamente, para lograr esta integración y generar un diálogo entre ambos locales, eligió Dekton, que le ofrecía numerosas posibilidades tanto en colores como en formatos y espesores.

“Las posibilidades estéticas y técnicas de Dekton nos ha permitido utilizarlo en todas las zonas del proyecto”, asegura el diseñador. La resistencia del material a las manchas y arañazos, así como su fácil mantenimiento, lo convierten en la superficie idónea para zonas de trabajo, como las cocinas de estos restaurantes, o de alto tránsito y uso, como las mesas y sillas de los diferentes salones de los locales.

“En las zonas de trabajo de la cocina necesitábamos un material resistente e higiénico sin descuidar la estética, y nos decantamos por Dekton Lunar, que con su tono claro nos permite tener un ambiente limpio y luminoso”, asegura. Para las encimeras se eligieron tablas de 12 mm de espesor. El mismo color (pero con 4 mm de espesor) se empleó para varios chapados acentuando el sentido de equilibrio y homogeneidad.