Munchmuseet
estudioHerreros
Oslo, Noruega
Una retícula externa compuesta por vigas y columnas de hormigón rodea el núcleo central que alberga una habitación, una cocina-comedor, una sala de estar y un aseo.
Concebido como un hito en el paisaje natural del fiordo, y en diálogo con la Ópera de Snøhetta, el museo se divide en un zócalo de condición cívica y un cuerpo vertical, quebrado para no interrumpir las vistas. El museo vertical desempeña un importante rol urbano y desplaza así el centro de gravedad de la capital noruega hacia su encuentro con el fiordo. La visita se realiza a través de un recorrido ascendente desde el vestíbulo (un espacio público que aloja usos lúdicos, comerciales, culturales y de restauración) hasta la cubierta.
En este recorrido vertical el público descubre los programas complementarios que reflejan la complejidad del conjunto: salas de restauración, dependencias administrativas, una biblioteca o un centro educativo. En el exterior, una piel ondulada de aluminio perforado con diferentes grados de transparencia dota al volumen de una imagen enigmática y evanescente, que reacciona a los leves estímulos del clima ofreciendo un aspecto cambiante en función de la hora o de la estación.