La ubicación del solar determina el diseño de esta vivienda a los pies del monte Rokko y bordeada por una carretera, con bajo presupuesto y diseñada por el arquitecto Kazunori Fujimoto. El resultado es una casa pequeña de composición geométrica, en constante relación con el exterior.
Dos volúmenes cúbicos definen el espacio de la casa. El primero y principal, de doble altura y con retranqueos habitables. El segundo, de dos plantas y atravesado por dos muros en cruz que dividen la estancia. El vínculo: una escalera de caracol protagonista en el encuentro entre los volúmenes conectando los tres espacios.
Manteniendo la pureza espacial, los arquitectos consideran cuidadosamente la disposición y las dimensiones de cada elemento arquitectónico para liderar la relación ambigua entre los espacios interiores y exteriores, y también entre la familia.