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Conductividad térmica: qué es y materiales

La conductividad térmica es un concepto clave en cualquier proyecto arquitectónico, de reforma o de aislamiento. Junto con otros factores también determinantes, condiciona el confort que se puede disfrutar en una estancia o en toda una vivienda.

suelos dekton
Imagen número 76 de Conductividad térmica: qué es y materiales

¿Qué es la conductividad térmica?

La conductividad térmica es la capacidad que tiene un material de conducción de calor o frío. Desde un punto de vista científico, consiste en la capacidad de transferir energía cinética desde las moléculas de un material a otras que estén en contacto.

El valor de conductividad térmica representa esa capacidad de forma directa. Es decir que un material, cuanto mayor conductividad térmica tenga, mejor conductor del calor o el frío será. Si esa conductividad es menor, el material será más aislante.

Por tanto, en un proyecto de aislamiento, tenemos que fijarnos en el coeficiente de conductividad térmica, para identificar qué materiales son los que más nos conviene instalar o aprovechar.

 

¿Qué materiales tienen mayor conductividad térmica?

La investigación sobre los materiales que podemos aprovechar en distintos sectores, nos ha permitido identificar con precisión la conductividad térmica que nos ofrecen. Como es lógico, hay algunos que destacan precisamente por un alto coeficiente de conductividad térmica, mientras que otros son mucho más aislantes.

Entre los materiales que tienen mayor conductividad térmica destacan el oro, el litio, el bronce, el mercurio y, en menor medida, el plomo, el acero o el titanio.

Esa conductividad nos puede ser útil en muchos escenarios, pero no para un proyecto de aislamiento. Debemos fijarnos en aquellos materiales que tienen menor conductividad térmica y que, obviamente, podemos aprovecharlos en un proyecto de este tipo.

Por ejemplo, el agua y el alcohol apenas tienen conductividad térmica, pero no son aplicables a una construcción.

Sin embargo, la madera, el corcho o el vidrio sí que tienen un coeficiente de conductividad térmica mínimo y, además, son materiales que pueden utilizarse en muchas instalaciones.

¿Pero y si el objetivo es diferente y buscamos una óptima conductividad térmica para, por ejemplo, instalar un suelo radiante? Tradicionalmente se han empleado materiales como la madera y el linóleo. Sin embargo, en la actualidad contamos con otros con mejores condiciones de conductividad para esta instalación, además, de otras propiedades que nos van a ser muy útiles.

Con Dekton conseguimos, además, de una amplia gama de diseño, una mejor transferencia del calor, con las características adicionales de que presenta una dilatación menor a otros materiales y una estabilidad dimensional que facilita el montaje. Así apenas tenemos 2 mm de junta en cualquiera de los formatos que aprovechemos en el proyecto y, con el paso del tiempo, no se producen "cejas".

suelo de baño

¿Dónde encontramos conductividad térmica en casa?

A la hora de afrontar un proyecto que afecte a la estructura de un inmueble, la conductividad térmica que nos va a importar estará relacionada con los materiales utilizados en paredes y techos, pero sobre todo, en los suelos.

De hecho, la solución de suelos radiantes está siendo cada vez más escogida, por su óptima relación de confort y consumo. Es una alternativa muy recomendable para aprovechar una climatización ecológica, si además la combinas con sistemas de generación de calor que se basan en energías renovables.

El suelo radiante consiste en una red de tuberías instaladas por debajo, por las que circula agua caliente o agua fría si tiene opción de enfriamiento.

Además de eficaz, el uso de materiales como Dekton, con infinidad de acabados y una alta resistencia al rayado, a las manchas o a la abrasión, entre muchos otros aspectos, te permitirá disfrutar de un suelo radiante eficiente, con una estética acorde a la de tu hogar y una durabilidad excelente.

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