El Departamento, compuesto por Alberto García (arquitecto) y Marina Martín (directora de arte), recibió el encargo a través de la agencia de eventos de moda Mondolirondo, y en tan sólo 6 semanas desde el encargo, la tienda estuvo lista para vender sus productos. 

La morfología alargada y estrecha del local podría ser considerada una debilidad, sin embargo, el estudio lo convirtió en la fortaleza del proyecto. Desarrollaron por lo tanto una estantería con un banco irregular que recorre todo el perímetro de la tienda, dejando el espacio central para la circulación de los clientes. La estantería está compuesta en alzado por tres bandas horizontales: espejo, banco y estantería. De esta manera hay zapatillas expuestas por toda la tienda, al igual que es posible sentarse a probárselas en cualquier zona del local, y ver qué tal quedan. Al fondo de la tienda, se encuentra escondida tras unas cortinas de terciopelo la Sala Azul, un espacio diferente donde la marca expondrá sus ediciones limitadas.

La utilización de textiles y reflejos fue la otra idea clave del diseño, creando un delicado contraste entre el tapizado verde esmeralda del banco y el color verde almendra de la estantería. Por otro lado, el suelo de moqueta hace que la pisada sea más suave y agradable para el cliente.